La profesora entra al salón de clases y dice:
—Niños, por favor, salgan ordenadamente del salón para la ceremonia en el patio.
—¿También las niñas? —pregunta alguna suspicaz—.
—Sí —se impacienta la maestra—, cuando digo “niños” me refiero también a las niñas; el masculino plural las incluye a ustedes.
Más tarde, ese mismo día, la profesora dice:
—Los niños que quieran inscribirse al equipo de futbol, anótense en una lista.
Cuando la lista llega a manos de la maestra, advierte que varias niñas escribieron sus nombres.
Distinguir cuándo sí y cuándo no, es una intuición que las mujeres han de desarrollar a lo largo de su vida con base en los roles socialmente asignados.
“Miriam, Ramón y Lucía comerán juntos”, ¿el adjetivo (juntos) excluye a alguno de los sujetos? Ahora bien, en la frase “Miriam, Ramón y Lucía comerán juntas”, ¿identificamos algo extraño? Curiosa cosa… hay más femeninos que masculinos en la oración y, sin embargo, nos parece que sólo “juntos” puede incluir a los sujetos enunciados.
Esto es debido a la segunda regla general de concordancia gramatical señalada por la Real Academia Española (RAE): “Cuando el adjetivo se refiere a varios sustantivos, va en plural. Si los sustantivos son de diferente género, predomina el masculino”.
La feminista australiana Dale Spender escribió un libro sobre el género y el lenguaje (Man made language, 1980) en el que sostiene que el lenguaje no es neutral, sino que ha sido construido por el sistema hetero patriarcal. El lenguaje asume que los hombres son la norma y las mujeres son "las otras". Por eso se considera normal referirnos a las mujeres con términos masculinos, pero si nos referimos a un hombre con un término femenino nos parece despectivo.
El lenguaje inclusivo busca hacer presente la DIVERSIDAD DE GÉNEROS.
Lo que hay que aclarar es que la RAE se fundó hace más de 300 años, donde no participó ninguna mujer y donde no existía una visión de derechos humanos a favor de las mujeres que hiciera de esta regla algo diferente.
El lenguaje es parte de la sociedad, ella lo crea, lo modifica y se representa, y al fin y al cabo, la RAE se compone de una construcción social y cultural. El lenguaje va cambiando y en eso no hay nada de malo.
LA LENGUA CAMBIA PORQUE ESTÁ VIVA!
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