Metodologías activas en Formación Profesional: una realidad en las aulas
Cuando empezamos a oír hablar de metodologías activas en la enseñanza no universitaria, las primeras etapas que se nos vienen a la cabeza son las de Infantil y Primaria. Y, aunque en ESO y Bachillerato cada vez hay más experiencias de éxito que van haciendo costumbre, parece que la Formación Profesional es la gran olvidada de este enfoque didáctico. Sin embargo, la Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional se fija como reto principal que esta oferta educativa dé respuesta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible e incorpore «la innovación, el emprendimiento, la digitalización, y la sostenibilidad en una oferta formativa actualizada, atractiva y flexible». Asimismo, prevé que «facilite a las personas, a lo largo de la vida, la toma de decisiones en la elección y gestión de sus carreras formativas y profesionales, combatiendo los estereotipos de género, los relacionados con la discapacidad o las necesidades específicas de apoyo educativo, colaborando en la construcción de una identidad profesional motivadora de futuros aprendizajes y adaptaciones a la evolución de los procesos productivos y al cambio social». Para todo ello, las metodologías activas basadas en un enfoque competencial son, sin duda, la respuesta más adecuada.