miércoles, 20 de julio de 2022

Habilidades docentes. Allen-Ryan

 


    1. CLASIFICACIÓN DE LAS PRINCIPALES HABILIDADES DOCENTES

Basándonos en la clasificación que realizaron Allen-Ryan (1976), las principales habilidades docentes que los formadores y formadoras deben adquirir son:

1. Habilidad para motivar hacia un tema

2. Habilidad para variar la situación-estímulo

3. Habilidad para el uso del silencio e indicaciones no verbales

4. Habilidad para el uso de los refuerzos

5. Habilidad para enlazar contenidos

6. Habilidad para la integración de los conocimientos

7. Habilidad para realizar controles de comprensión


1. Habilidad para motivar hacia un tema

Para conseguir buenos resultados, es fundamental crear en el grupo una predisposición favorable, por 1o que la introducción del tema es de gran importancia. Esta introducción aclara los fines que persigue la clase, así como la utilidad de la misma empleando los conocimientos y habilidades del alumnado para que participen más activamente en ésta.

Los objetivos de esta introducción preliminar son:

1. Lograr un nivel de atención suficiente.

2. Crear un clima de interés y de expectación por el tema. Ahora bien, ¿cómo podemos conseguir estos objetivos?:

- Exactitud terrninológica. Utilizando un lenguaje claro, preciso, comprensible para el grupo.

- Transmitiendo la sensación de estar conectado con la realidad.

-Haciendo comprensible a todas las personas del grupo la conexión que existe entre los objetivos y el tema concreto que se desea introducir y cómo éste es un peldaño necesario para conseguirlos.

- Comenzando la exposición con el relato de algo chocanteCon un ejemplo próximo al entorno del alumnado.

-Recordando los contenidos que ya dominan y que van a servir de base a la exposición.

La introducción ayuda al profesorado a preparar y motivar al alumnado para lo que se les va a enseñar, con objeto de obtener los mejores resultados de la sesión formativa.


      1. Habilidad para variar la situación-estímulo

La atención de las personas depende directamente de los estímulos que reciben. Dicha atención no depende tanto de la intensidad de tales estímulos, como de los cambios que se producen en ellos.

Esta habilidad docente tiene la finalidad de combatir el aburrimiento y la falta de interés del alumnado en clase. También contribuye a la mejora de la interacción profesorado-alumnado.

Las actividades que podrían realizarse para el dominio de esta habilidad son:

Cambiar de actividad:

Un cambio de la utilización de los canales sensoriales incrementa la atención del alumnado, disminuyendo el aburrimiento o la falta de concentración.

Ejemplo: Después de la exposición el/la formador/a pide al alumnado que haga un ejercicio práctico relacionado con la exposición que acaba de escuchar.

- Hacer Pausas: Con la utilización de este recurso podremos:

Llamar la atención del alumnado.

Prepararnos para una explicación importante o para contestar determinadas preguntas.

Señalar la transición de un pensamiento a otro.

Favorecer las Interacciones:

Diferentes formas de comunicar: docente y alumnado, por parejas, pequeños grupos, gran grupo, etc., propiciando el intercambio fluido de papeles entre los alumnos y alumnas, potenciando la participación activa en las distintas situaciones comunicativas. Todo ello ayudará a despertar el interés de cada persona por la tarea, aunque el tipo de interacción esté siempre determinado por el contenido y por los objetivos de la sesión.

- Realizar Focalizaciones:

Se emplean para llamar la atención, mediante expresión verbal, escrita o gestual, sobre algo que nos interesa resaltar. Por ejemplo:

Verbal: "Lo que voy a decir es importante para..."

-.Escrito: "Obsérvese bien que..."

- Gestual: Si queremos transmitir algo muy importante al alumnado, podemos acompañar nuestras palabras con el gesto.

- Movimientos:

Llamará mucho más la atención del alumnado un/a persona que realice gestos con sus manos, brazos, cabeza, etc., que otra que se sitúe detrás de la mesa y permanezca de forma estática. No obstante todo tiene un término medio y tener una movilidad excesiva en el aula podría distraer.

La variación de estímulo permite mantener el interés del alumnado por la tarea.



3. Habilidad en el uso del silencio e indicaciones no verbales

En muchas ocasiones, el profesorado utiliza en exceso las verbalizaciones. Para evitarlo, reducir la cantidad de charla innecesaria y aumentar la participación del alumnado, podemos adiestramos en la utilización del silencio y de las indicaciones no verbales. Con ello conseguiremos además que el alumnado tenga la oportunidad de pensar y reflexionar.

El silencio tiene un extraordinario poder para:

Captar la atención del alumnado

Crear expectación

Favorecer la reflexión

Obligar a hablar

El silencio se completa con el recurso gestual, que suple con ventajas en ocasiones a la palabra.

Como sugerencias no verbales podríamos citar:

Expresiones faciales: Sonrisa, fruncir el ceño...

- Contacto ocular: Mantener contacto visual, insinuar con la mirada...

Movimientos de cabeza: Afirmación, negación, duda...

Movimientos del cuerpo: Dirigirse a una persona del grupo, moverse hacia adelante, hacia atrás...

Gestos con las manos: Indicando a una persona que debe responder, continuar, escuchar..

El silencio puede ser expresivo


4. Habilidad para el uso de los refuerzos:

Con el uso adecuado de refuerzos, y de una forma casi inmediata, podemos influir en la conducta del alumnado, corrigiéndola, modificándola, asegurándola o eliminándola.

El uso del refuerzo constituye una habilidad docente; a la hora de utilizarlos tenemos que contar con las diferencias individuales no estableciendo la diferenciación con criterios discriminatorios.

Los tipos de refuerzos que podemos utilizar con nuestro grupo de aula, pueden ser:

  • Comentarios: bien, piensa de nuevo, excelente, etc.

  • Gestos: sonrisas, movimientos de cabeza, etc.

Podremos saber si el refuerzo estuvo bien o mal utilizado:

  • Mediante la observación

.Si se consiguen los resultados esperados

Ahora bien, aunque haya que utilizar estos refuerzos, su uso supone motivar a la persona desde fuera, extrínsecamente, y esto puede tener serias limitaciones. Las recompensas y "castigos" son efectivos en la medida en que están presentes y son simultáneos a la conducta emitida, pero después que desaparecen su efecto no es muy duradero.

La cuestión es hacer que el alumnado actúe motivado por sí mismo. Para ello:

Centrar más la atención en la experiencia de competencia que puede acompañar a la comprensión de lo que estudia, al ejercicio de lo que se aprende y a su aplicación a la solución de nuevos problemas, que en las posibilidades de recompensas externas.

El refuerzo es fuente de retroalimentación, potencia la actividad y facilita la adquisición de nuevos comportamientos.


5. Habilidad para enlazar contenidos

Esta habilidad se conseguirá dando un orden lógico (progresivo, claro) a los conceptos o contenidos de un tema o clase, de manera tal que ayude al alumnado a su mayor comprensión y/o retención.

Para que esto se produzca, es necesario:

  • Ordenar los conceptos de forma que, cuando aparezca uno nuevo, los alumnos y alumnas sean capaces de dar el paso que exige su asimilación.

  • Transmitir los conceptos de forma progresiva, evitando "saltos atrás" que provocan la desconexión con la marcha del tema.

  • Evitar "saltos paralelos" interrumpiendo la explicación para comentar aspectos no específicos del tema.


  •  6Habilidad para la Integración de los conocimientos:

Esta habilidad supone propiciar la progresiva adquisición de nuevos conocimientos, e integrarlos a aquellos que ya se poseían. Se habrá alcanzado cuando los propósitos y principios fundamentales del tema se han aprendido, de forma que sea posible relacionar los nuevos conocimientos con los que ya poseían los alumnos y alumnas. Así los conocimientos se integran y el aprendizaje no se limita a la adquisición de conceptos por separado.

Para ello, se puede:

  • Establecer los enlaces precisos entre conceptos, anteriores y los siguientes.

  • Resaltar y resumir los puntos claves.

  • Hacer comprender al alumnado donde se encuentran en cada momento.

  • Llamar la atención del alumnado hacia lo que ya se ha asimilado y reforzar sus éxitos y logros.

  • Realizar recapitulaciones parciales.



  • 7Habilidad para realizar controles de comprensión

La acción docente quedaría incompleta si no se comprobara la manera en cómo los objetivos definidos son alcanzados por el alumnado. Para esto no es suficiente realizar una serie de pruebas de aptitud, sino que se precisa una retroalimentación continua.

A ello nos referimos cuando hablamos del control de la comprensión como habilidad, por la cual el profesorado realiza, a través de una serie de técnicas, un seguimiento continuo, una retroalimentación del aprendizaje o de la comprensión por parte de las personas que aprenden sobre los contenidos del tema.

A su vez, este control de la comprensión sirve como señal o indicador de hasta qué punto el ritmo que está establecido, el método, la cantidad de contenidos, etc., es el adecuado o no, y tomar las medidas de modificación necesarias.

Para estar al corriente sobre el nivel alcanzado y sobre los resultados del método empleado rápidamente, sin utilizar cuestionarios ni tests evaluativos, es necesario haber creado un ambiente de clase distendido. Que el alumnado sea consciente de que no se trata de evaluarlos sino de obtener entre todos criterios orientados a una mejor organización y disposición de los modos y ritmos de trabajo.

Algunas formas de actuar que ponen en juego estas habilidades son:

  • Pedir al alumnado que repitan algunos de los contenidos ya aprendidos, fundamentalmente aquellos que son necesarios para poder continuar el proceso de aprendizaje.

  • Formular preguntas concretas al grupo sobre conocimientos ya adquiridos, con objeto de averiguar si tal o cual aspecto ha sido perfectamente comprendido.

  • Formar pequeños grupos, para que resuman los conocimientos adquiridos y formulen preguntas, en pleno, sobre aspectos que aún no estén claros, estimulando la participación activa de las alumnas.

  • Proponer aplicaciones prácticas sobre los contenidos impartidos:

  • A través de preguntas: ¿Qué harías si…? ¿Cómo plantearías esto, en el caso que…?

  • A través de ejercicios prácticos: Análisis de situaciones, estudio de casos…


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