Metodologías activas en Formación Profesional: una realidad en las aulas
Cuando empezamos a oír hablar de metodologías activas en la enseñanza no universitaria, las primeras etapas que se nos vienen a la cabeza son las de Infantil y Primaria. Y, aunque en ESO y Bachillerato cada vez hay más experiencias de éxito que van haciendo costumbre, parece que la Formación Profesional es la gran olvidada de este enfoque didáctico. Sin embargo, la Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional se fija como reto principal que esta oferta educativa dé respuesta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible e incorpore «la innovación, el emprendimiento, la digitalización, y la sostenibilidad en una oferta formativa actualizada, atractiva y flexible». Asimismo, prevé que «facilite a las personas, a lo largo de la vida, la toma de decisiones en la elección y gestión de sus carreras formativas y profesionales, combatiendo los estereotipos de género, los relacionados con la discapacidad o las necesidades específicas de apoyo educativo, colaborando en la construcción de una identidad profesional motivadora de futuros aprendizajes y adaptaciones a la evolución de los procesos productivos y al cambio social». Para todo ello, las metodologías activas basadas en un enfoque competencial son, sin duda, la respuesta más adecuada.
En este artículo, nos acercaremos a variadas propuestas en las que el alumnado de diferentes niveles y ciclos es el motor y el eje de su propio aprendizaje, con el ánimo de que puedan servir de inspiración y modelo a quien se anime a transformar su aula de Formación Profesional. Para ello, extraeremos tesoros del Proyecto EDIA de CEDEC, un recopilatorio de situaciones de aprendizaje que incluye todos los recursos necesarios para implementar cada secuencia y modificarla según las necesidades de cada grupo, así como de las Experiencias Educativas Inspiradoras del INTEF, detalladas por docentes que han llevado a cabo estas buenas prácticas.
La orientación práctica de la Formación Profesional nos lleva directamente a pensar en el Aprendizaje Basado en Proyectos como eje de todo un curso, con la consecución de un producto final al término del proceso. Es lo que han planificado María Cruz García y Daniela Gimeno para el módulo de Empresa e Iniciativa emprendedora (EIE) mediante un conjunto de once desafíos que atiende a los diferentes bloques de contenidos de la materia, de forma que el alumnado va construyendo conocimiento hasta llegar al diseño final de un prototipo de idea o de negocio. En una línea similar, Antonio J. Guirao nos propone en Flipped FOL una agrupación de secuencias que abarcan todo el módulo de Formación y Orientación Laboral (FOL), en su caso desde el enfoque flipped classroom o clase invertida, mediante diferentes recursos dedicados a la prevención de riesgos laborales, la búsqueda de empleo y la legislación laboral. Estas dos propuestas tan completas conforman los recursos específicos del Proyecto EDIA para FP.
Para estos dos módulos, impartidos en todos los ciclos formativos de grado medio y superior, podemos encontrar asimismo muy buenas experiencias desde enfoques activos. María José Punter abarca ambos, FOL y EIE, desde su proyecto Ayúdame y te habré ayudado, centrado en la orientación laboral y el aprendizaje cooperativo, además del uso integrado de las TIC. Y Marta Roldán nos presenta para EIE La cadena de creatividad, un bello proyecto en el que el alumnado de un centro regala ideas emprendedoras al de otro, y así sucesivamente. Se trata de una iniciativa en la que participa una veintena de centros educativos de España. La colaboración entre docentes de distintos puntos geográficos se da también en Selfie emprendedor, un proyecto colaborativo en línea para EIE en el que alumnado de todo el estado sube su entrevista con una persona de éxito en el mundo emprendedor. Por su parte, las alumnas de Paz Fernández en este módulo se atrevieron con un gran desafío a partir del proyecto Historias embotelladas, donde cooperaron para diseñar, financiar y llevar a cabo la rehabilitación de un túnel de su localidad contando con el vecindario, con lo que podemos enmarcarlo en el mundo del Aprendizaje Servicio.
Pero las metodologías activas casan igualmente bien con módulos de distintas familias y ramas de la Formación Profesional, como dejan ver las variadas experiencias de aplicación de estos enfoques por parte del profesorado. Para el Ciclo Formativo de Grado Medio de Técnico en cuidados auxiliares de enfermería, Itziar Montoya diseñó Flipped TCA, secuencia basada en la clase invertida que contribuye tanto a adquirir los contenidos de la materia como a mejorar la autonomía, la creatividad y la autoestima. En Música… ¡y acción!, Ramón Guzmán pone el Aprendizaje Basado en Proyectos al servicio de todos los ciclos formativos de la familia de Imagen y Sonido para apoyar a músicos profesionales mediante la creación de productos audiovisuales elaborados por el alumnado.
No podemos dejar de reseñar algunas estupendas experiencias que tienen en común la colaboración y cooperación entre centros y entre distintas etapas educativas. The BAMAK Quest, ideado por Sergio Banderas y Encarnación Jurado, unió al alumnado de los Ciclos Formativos de Grado Superior en Desarrollo de aplicaciones web con el de Primaria a través del ABP mediante la creación de un videojuego. En Bat house, un proyecto de Aprendizaje Servicio intercentros e interdisciplinar, la inclusión es el eje que une al alumnado del Ciclo Formativo de Grado Medio de Instalación y amueblamiento del CIPFP Ciudad del Aprendiz con el del Centro de Educación Especial Profesor Sebastián Burgos, unidos en la creación de casas refugio para murciélagos.
Y, como una de las mayores ventajas de los Recursos Educativos Abiertos es su adaptabilidad, contamos también con experiencias de docentes que han aplicado en Formación Profesional propuestas inicialmente concebidas para Secundaria. Es lo que nos cuenta Josep Fornés, que adaptó el REA del Proyecto EDIA ¿Cómo sería tu mundo ideal? a Formación Profesional Básica.
Ojalá que este breve paseo por las posibilidades que ofrecen las metodologías activas en el entorno de la Formación Profesional sirva de inspiración a quien esté pensando en animarse e iniciar o profundizar en la transformación educativa también en esa etapa, pues, como se ve, el alumnado lo acoge, disfruta y aprovecha para crecer en autonomía, emprendimiento y ciudadanía activa, herramientas fundamentales para los retos que nos presenta nuestro tiempo.
Artículo elaborado por Eugenia Monroy García para INTEF.
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