miércoles, 26 de mayo de 2021

Del Paradigma de la Enseñanza al Paradigma del Aprendizaje: Cualidades y Funciones docentes.

 

CUALIDADES DOCENTES:

A pesar de que todos los elementos del proceso de formación son importantes, la figura del personal docente es posiblemente uno de los componentes decisivos.

Hemos concretado las competencias y realizaciones profesionales del personal docente, (programar, elaborar recursos, impartir, evaluar, orientar). Ahora bien, para desarrollar su cometido con eficacia, profesionalidad y ajustándose a lo que la sociedad en general le demande debe contar con una serie de conocimientos, habilidades y actitudes:

  • Dominar su especialidad, saber situarla en el espacio y en el tiempo, organizar y programar, esclarecer y expresar.

  • Saber autocontrolarse, saber actuar directivamente sin llegar a desempeñar un papel dictador, permitir a las personas expresarse sin perjudicar los intereses del grupo, con respecto a los objetivos y programas, saber actuar con rigurosidad y tolerancia sin volverse una persona puntillosa.

  • Aceptar a su alumnado, descubrir, comprender y admitir sus dificultades, ayudarles, darles seguridad, evaluar de manera permanente su satisfacción o insatisfacción, corregir eventualmente sus propias concepciones sin confundir lo que les "interesa" con lo que "es de su interés.

Todo esto supondrá en el personal docente grandes cualidades. Las características que van a ser enumeradas a continuación son algunas cualidades humanas importantes y necesarias para ser un/a buen/a formador/a. Estas cualidades no sólo hacen referencia a su psicología peculiar (temperamento o carácter), sino también, de manera especial a sus actitudes existenciales, o sea a la manera de situarse y de comportarse, con respecto a determinados valores que configuran un estilo de vida:

  • Sensibilidad ante las necesidades humanas, en general, y hacia las del alumnado, en particular.

  • Disponibilidad para con sus alumnos y alumnas. Esta disponibilidad consiste en ser accesible, y a quien es posible solicitar ayuda y/o asesoramiento.

  • Actitud de entrega a su actividad docente y a su alumnado.

  • Cordialidad a todas las personas sin hacer distinciones.

  • Tener convicción y confianza en que su alumnado tiene capacidad para mejorar sus conocimientos y su situación laboral y para hacerse protagonistas de su propia promoción formativa y profesional.

  • Entusiasmo para realizar su tarea, suscitar iniciativas y proponer soluciones a los problemas que se planteen al grupo de aprendizaje.

  • Amabilidad, simpatía y empatía, debe poseer capacidad para saber escuchar, palabra fácil y convincente, facilidad de comunicación, capacidad de acogida, apertura y disponibilidad a los demás. Así como habilidad para superar las situaciones tensas y conflictivas.

  • Tolerancia, capaz de aceptar el modo de ser del alumnado (especialmente de aquellas personas que tienen ideas y experiencias muy distintas, por pertenecer a otra cultura, género, religión, etc.).

  • Conseguir corresponsabilizar al alumnado en la construcción de una sociedad mejor, haciéndoles ver que cualquiera de sus actuaciones tiene su repercusión e importancia, por lo que es necesario asumir una actitud positiva, activa y abierta en todos los ámbitos: en el personal, en el aprendizaje, autoexigirse como profesionales, renovar la formación y los métodos de trabajo, personas abiertas a los cambios, etc.

  • Ser personas comprensivas ante las deficiencias y defectos del alumnado, del mismo modo que se espera que las personas del grupo lo sean con los suyos.

  • Saber aceptar las críticas provenientes del alumnado y también de profesionales, tratando de ver en ellas la oportunidad de corregir errores que, por habituales, resulten para el/ personal docente naturales, inconscientes o invisibles.

  • Tener sentido del humor. Es un ingrediente que hace más agradables las relaciones interpersonales y es un medio para salir como personas airosas de situaciones tensas y embarazosas.

  • Madurez emocional para actuar equilibradamente, con espíritu sereno y quieto, cuando se está bajo diferentes tipos de presiones.

  • Fortaleza y tenacidad para vencer situaciones difíciles y obstáculos.

Podríamos afirmar, para finalizar, que en el personal docente deben concurrir estas cualidades:

Conocimientos: .Especialista en la materia que imparte. Buena capacidad de planificación, organización .Conocimientos del mundo laboral y gestión. Conocimientos en psicopedagogía y didácticas.

Habilidades: .Destrezas en el manejo de los métodos, técnicas y recursos didácticos.

Actitudes: Flexibilidad, facultad de adaptación. .Buena capacidad para comunicar y transmitir. .Alto potencial de investigación. .Respeto a la diversidad.

UN NUEVO PARADIGMA FORMATIVO: DE LA ENSEÑANZA AL APRENDIZAJE.

Según este nuevo referente competencial, es profesionalmente competente quien demuestra poseer:


1) Competencia técnica: conocimientos especializados, relacionados con determinado ámbito profesional y que permiten el dominio experto de los contenidos y tareas de la actividad laboral.


2) Competencia metodogica: sabe aplicar los conocimientos a situaciones laborales concretas.

3) Competencia participativa: está dispuesto al entendimiento interpersonal y a la comunicación, y


4) Competencia personal: coherencia personal, asunción de

responsabilidades, autonomía en la toma de decisiones


La formación en competencias mezcla de forma equilibrada los ingredientes más característicos del conocimiento tratando de descubrir algunos o muchos de los sabores ocultos (destrezas, aptitudes y actitudes) de gran repercusión en el producto resultante.

El enfoque por competencias implica un nuevo paradigma docente en el que:

  • Los formadores y formadoras no trasmiten conocimientos: su rol ede facilitador de la construcción del conocimiento por parte de las personas que aprenden.

- El profesorado no explica al modo tradicional: disa situaciones didácticas de aprendizaje, que permiten que el alumnado construya explicaciones y conocimientos de manera autónoma.


- El esquema metodológico, según el cual el alumnado conoce, comprende y aplica, se transforma en otro donde el alumnado obtiene y analiza la información que le permite construir su propio aprendizaje de manera autónoma.


- La evaluación no la hace exclusivamente el personal docente: el alumnado analiza sus aciertos y errores. El profesorado no corrige lo que se hizo mal: lo hace el alumnado con la colaboración de los formadores y formadoras.



LAS FUNCIONES DELPERSONAL DOCENTE


Ni la tecnoloa, ni la metodoloa, ni la innovación educativa. Lo importante es el aprendizaje.” - Boris Mir, pedagogo


Ha quedado claro, pues, que las nuevas exigencias de cualificación hacen cambiar obligatoriamente los conceptos de roles establecidos. Los formadores y formadoras dejan de ser meros transmisores (intermediarios) de contenidos que domina el proceso de aprendizaje, para convertirse en "asesores o moderadores" de los procesos de enseñanza aprendizaje autónomo del alumnado. La tarea principal de los formadores consiste en apoyar el proceso de aprendizaje y no en dirigirlo. Y una de sus principales funciones, en su nuevo rol, será la búsqueda de soluciones cnicas creativas para incorporarlas a la práctica formativa cotidiana.

El perfil deseable de una persona formadora deberá ser el de profesional capaz de analizar el contexto en el que se desarrolle su actividad y planificarla, creando y desarrollando secuencias de aprendizaje vinculadas a la realidad de la práctica profesional.

Al hilo de todo lo anterior podemos deducir cuáles son las funciones que corresponde desempeñar al personal docente en el contexto de la formación laboral: Mediación, facilitación, asesoramiento, evaluación, innovación.

1. Mediación

El personal docente se convierte en mediadores, centrándose esta función en dos vertientes fundamentales:


- Mediación afectiva: establece un clima de confianza y seguridad en el aula, de tal forma que los participantes se sienten aceptados y respetados y pueden entonces descubrir sus capacidades, modificar el concepto que tiene de mismos y mejorar su nivel de estima personal. Asimismo, en caso de conflicto, el personal docente promueve la comunicación entre los participantes en conflicto, invitándolos a explorar alternativas de solución y a tomar la decisión que mejor resuelva sus necesidades e intereses.


- Mediación cognitiva. El personal docente ayuda al alumnado a organizar, filtrar y esquematizar los esmulos del aprendizaje e influye para la transferencia del mismo. Reconoce a cada persona como centro del proceso educativo que adquiere conocimientos de manera vivencial: descubriendo, investigando, haciendo… construyendo su propio aprendizaje. Es decir, promueve el aprendizaje autónomo.


2. Facilitación del proceso de enseñanza-aprendizaje (metacognición).

La metacognición puede ser entendida como el conocimiento y el autocontrol que una persona tiene sobre su propia cognición y actividades de aprendizaje; ello implica tener conciencia de su estilo de pensamiento (procesos y eventos cognitivos), el contenido de los mismos (estructuras) y la habilidad para controlar estos procesos, con el propósito de organizarlos, revisarlos y modificarlos en funcn de los resultados del aprendizaje (Weinstein y Mayer, 1986; Flavell, 1987).

Una estrategia de ensanza metacognitiva se refiere al conjunto de procedimientos que utiliza el personal docente no sólo para facilitar la transmisión de un contenido determinado, sino para entrenar al alumnado en la autorregulación de su propio aprendizaje. Este enfoque enfatiza la motivación, el "enseñar a aprender" el "aprendizaje significativo" y la "transferencia" del aprendizaje a situaciones del contexto profesional de los participantes en la acción formativa.

3. Asesoramiento académico y personal

Orientar y asesorar es para el profesorado una tarea cotidiana y ésta implica un alto grado de intercambio afectivo y la creación de una relación interpersonal dominada por la empatía, la autenticidad y la aceptación positiva:

- La empatía es la capacidad de conocer y comprender al otro desde su marco de referencia. Es la capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona. En el asesoramiento se manifiesta de diferentes maneras pero principalmente por la formulación de preguntas, por la escucha atenta, la calidez en la interacción y el intento por entender el marco referencial del interlocutor.


- La autenticidad consiste en ser uno mismo en la relación asesora, comportarse de manera esponnea, abierta y no defensiva o representando un papel. En la relación entre docentes y alumnado es necesario dedicar tiempo a la propia relación, preocupándose por conocer lo que es importante para las personas que intervienen, por los condicionantes personales, por las dificultades y aspiraciones.


- La aceptación positiva no quiere decir que se esté de acuerdo con todo lo que la otra persona dice o hace sino que es posible no estar de acuerdo con lo que hace sin que esto afecte a la aceptación de la persona. En la relación asesora este aspecto se manifiesta en el tono de voz, la postura, la distancia interpersonal y la emisión de refuerzos verbales y se relaciona con la posibilidad de exponer las propias ideas y creencias sin exponerse a la crítica o a la incomprensión de la otra persona.


La relación de empatía y autenticidad, favorece que el alumnado reconozca los problemas y confíe en su profesorado. De la misma manera, también el trato auténtico favorecerá que éste último perciba que la colaboración es posible, que pueden trabajar juntos y que no se le exige un saber absoluto.

La labor de tutorización entra de lleno en esta función por la cual el personal docente ha de acompañar a cada alumno/a en su proceso de formación facilitando que cada participante establezca sus metas a alcanzar, así como las estrategias personales que le permitan lograrlos, eliminando elementos que consumen energía y potenciando los que se la proporcionan.

4. Valoración/evaluación de los resultados de aprendizaje.

Todo camino que se inicia va alcanzando destinos pero no siempre llegamos donde nos propusimos. La evaluación es fundamental, ya que a través de ella se pretende valorar todos los componentes de la práctica pedagógica para obtener la mejora continua de quienes participan en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

La evaluación es un proceso global e integrador, es un proceso continuo, no es una acción terminada que atiende lo los resultados obtenidos por el alumnado, es una acción permanente que se desarrolla a todo lo largo del proceso educativo. Es un proceso cualitativo y basado en criterios, no se apoya fundamentalmente sobre la medición de los resultados del proceso de aprendizaje, sino sobre la valoracn de dicho proceso en función de unos criterios previamente establecidos; valoración de los procesos alcanzados por el alumnado, de las dificultades experimentadas y de las actitudes manifestadas frente al trabajo.

Es un proceso democrático y participativo, ya que postula el derecho de los alumnos a expresar sus puntos de vista y sus opiniones en el aula, la escuela y la comunidad y potencia el valor de la participación y el consenso como formas de transformar y modificar el proceso de enseñanza y aprendizaje. Es un proceso constructivo, orientador y formativo, pues favorece el proceso personal de construcción del saber y promueve recursos adaptados a las diferencias individuales con el fin de evitar conflictos y bloqueos en el aprendizaje y fomentar la formación y el desarrollo personal del alumno.

Queda claro que la evaluación es un desafío de cierta relevancia y la labor de evaluación dinamiza este proceso.


5. Creación/ innovación



"Los seres humanos aprenden mientras enseñan." Seneca


No es descabellado pensar, más aún tras haber leído todo lo anterior, que la capacidad de innovar y la creativa debería ser, ya no una virtud que todo docente debe poseer intrínsecamente para conseguir unos resultados espectaculares en el aprendizaje de su alumnado, sino un empeño permanente a la hora de acometer su trabajo.

La irrupción de las TIC en el ámbito educativo vino de la mano de una tipología específica de profesionales, capaces de innovar, de transformar el estilo docente, y de crear nuevas herramientas y materiales. Hoy más asentadas las cosas, somos conscientes de que no todos tenemos por qué crear constantemente de la nada, inventar o innovar, sino que a partir de lo ya creado, desarrollamos, evolucionamos y sobre todo ponemos en práctica, lo que nos permite enfocar nuestro potencial creativo en otros aspectos de la práctica docente. La innovación en la formación se ha de convertir en una actitud personal y permanente que nos impulse a ir adoptando nuevas estrategias y mejorando continuamente nuestra práctica docente.

Esto último es además doblemente importante por cuanto el personal docente ha de ser profesional en constante construcción y perfeccionamiento continuo más aun considerando los nuevos contextos socio-profesionales.


 
Video: Isaac Pérez. Aprender jugando.

El Aula Invertida, la Gamificación, el Aprendizaje Cooperativo, o el Aprendizaje basado en proyectos, pueden ser propuestas desde este nuevo paradigma.

Fuentes bibliográficas:

  1. Formación de Formadores-as de FPO- Metodología Didáctica Básica”. Consejería de Trabajo e Industria-Instituto de la Mujer de la Junta de Andalucía. 1997.

  2. Habilidades Docentes”. IAAP. Junta de Andalucía 2014.


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